Seguro que has oído hablar en alguna ocasión sobre la «Nutricosmética«; puede que no tengas claro qué es, pero has de saber que la alimentación puede influir, y mucho, en tu belleza.
Bajo esta premisa, la nutricosmética ha sabido ganarse la confianza de su público más adepto, especialmente los amantes de la «vida sana». Y no es para menos, pues estos complementos nutricionales atesoran en su interior múltiples beneficios: son rejuvenecedores, revitalizantes, protegen la piel de los agentes medioambientales, aportan firmeza a los tejidos, promueven el crecimiento del cabello y las uñas, refuerzan las estructura muscular…
Pero la cosa no acaba aquí: estos complementos son polifacéticos, ya que también ayudan al organismo a desempeñar algunas funciones vitales como reforzar el sistema inmunitario, fortificar la estructura ósea, aportar energía… Son precisamente todas estas cualidades las que han convertido a la nutricosmética en una ciencia en sí misma.
La nutricosmética parte de la premisa de que la principal clave para la belleza es tener un cuerpo sano, potenciando tanto el cuidado personal como la nutrición. Lejos de convertirse en competidores, estos productos se han aliado a la cosmética tradicional para potenciar resultados. Lo que hacen estos comprimidos es actuar desde dentro hacia fuera. Activan los mecanismos celulares cutáneos, corrigiendo, reforzando y mejorando sus defensas biológicas. Están formulados con activos totalmente bio-asimilables por el organismo, rigurosamente seleccionados para digerirse y actuar justo en los órganos diana, cumpliendo una misión estética específica.
Nutracéutica y nutricosmética: no es lo mismo
¿Qué diferencia hay entre nutracéutica y nutricosmética? La nutracéutica es aquella ciencia cuyo objetivo es aportar bienestar al organismo mediante la ingesta de productos elaborados con principios naturales. Así, en lugar de sintetizar productos artificiales, se vuelven a rescatar aquellas sustancias beneficiosas para emplearlas en la solución de problemas que consideramos de gran prevalencia, como la obesidad, el exceso de grasa en la sangre, la diabetes… Dicho de otro modo, la nutracéutica ayuda en la curación de ciertas afecciones mediante el uso de extractos nutricionales concentrados, pero no obtenidos de manera sintética, sino extraídos de la Naturaleza. A través de la nutracéutica se confiere al organismo aquellas sustancias que éste no puede fabricar y que han de ser aportadas desde el exterior. Dentro de la nutracéutica está la nutricosmética, y en ésta se engloban aquellos productos que buscan sobre todo la belleza exterior.
La nutricosmética se sitúa en la intersección o el punto de cruce entre la alimentación y el cuidado personal; es decir, cómo nos cuidamos desde dentro. Estos productos se obtienen de los propios alimentos, extraídos con métodos modernos sin adulterar, para que conserven todas sus propiedades. Uno de los factores más importantes de los nutracéuticos y nutricosméticos es la inocuidad. Eso sí, para que su efectividad sea evidente es imprescindible ser constantes en su toma.
Llegados a este punto la pregunta del millón es la siguiente: ¿Puede la nutricosmética ayudar a corregir las arruguitas, las patas de gallo, el “código de barras”, “las líneas de expresión»…? Por supuesto que sí. Por ejemplo, existe un hialurónico extraído del pescado, que vive en aguas profundas, que consigue corregir en tiempo récord las microarrugas y prolongar hasta un 25% la duración de los tratamientos con ácido hialurónico que se practican en medicina estética mediante inyecciones. Pero sin duda, esto sólo es el principio.
Ser constantes en la toma es vital…
Una pauta nutracéutica antienvejecimiento debe basarse en la perseverancia, en un factor de seguimiento. Los factores que hacen envejecer actúan de forma permanente.La lucha contra ellos debe ser continuada igualmente.
Antioxidantes, los mejores aliados
Los antioxidantes son el principal pilar de la juventud. Estos extraordinarios activos pueden considerarse como aquellos bomberos que llegan del exterior y ayudan a nuestros bomberos internos, que con la edad se van perdiendo, a apagar el fuego que nos quema la vida.
La tríada mágica de los antioxidantes son la vitamina A, E y C, pues constituyen un refuerzo apaga-fuegos fundamental. Después encontramos otros de gran importancia, como son los polifenoles, que pueden extraerse de distintos alimentos, por ejemplo: arándanos, frutos rojos, hollejos de uva, pepita de uva… Entre ellos, hay que destacar el gran poder del resveratrol, que actualmente está tomando un protagonismo especial, aunque sus cualidades se conocían desde hace años.
COSMÉTICA + NUTRICOSMÉTICA
La alianza entre cosmética y nutricosmética aporta a la piel múltiples beneficios. Y es que la premisa “la unión hace la fuerza” se convierte en este caso en una realidad más constatada. La combinación de cosmética externa y nutricosmética tiene distintas aplicaciones, desde tratamientos multidisciplinares para rejuvenecer el rostro, combatir la celulitis o proteger la piel del sol… Los nutricosméticos producen un efecto paulatino y persistente. Este es el futuro más inmediato de la nueva era cosmética.
Algunos ejemplos
Las principales sustancias que se atesoran en el interior de estas cápsulas de belleza son…
VITAMINA A: Entre ellos también hay que destacar sus precursores carotenos. Ayudan en la regeneración celular y protegen la piel de las agresiones externas.
VITAMINAS B: Este grupo intervienen en diversas funciones básicas de la piel.
VITAMINA C: Se considera uno de los antioxidantes naturales más potentes.
VITAMINA E: Llamada también vitamina de la feminidad o de la belleza, constituye un potente antioxidante protector de las distintas capas de la piel, y altamente eficaz en la eliminación de toxinas.
ANTIOXIDANTES, como los flavonoides. fenólicos, licopeno, resveratrol, etc. que además son protectores de la buena circulación capilar.
OLIGOELEMENTOS: Estos minerales, administrados en dosis ínfimas, actúan en las reacciones enzimáticas necesarias para el buen funcionamiento y reproducción de la célula. Entre ellos destacan el zinc y el selenio.
CERAMIDAS: Se trata de sustancias oleosas compuestas por un ácido graso y un esfingolípido. Se usan de forma habitual en cosmética para mejorar la hidratación, evitando la pérdida de agua transepidérmica. Pro hay que decir que tomadas en forma de nutricosmética revelan un efecto aún mayor en el mantenimiento de una piel bien hidratada.
COLÁGENO DE ORIGEN MARINO: Mejoran la elasticidad de la piel y alargan los efectos de los tratamientos a base de ácido hialurónico inyectable.
POLIFENOLES Y ANTOCIANINAS: Mantienen el colágeno de la piel en óptimas condiciones. Entre ellos hay que prestas especial atención al resveratrol procedente de la pepita de uva.
TERPENOS Y ASIATICÓSIDOS: Se extraen de vegetales como la centella asiática o el gotu kola. Han demostrado un excelente efecto en la regeneración de los fibroblastos y aumento de las fibras elásticas y colágeno.
POLISACÁRIDOS DE ORIGEN VEGETAL: Proceden de frutas, semillas o corteza y tienen una gran capacidad para potenciar la regeneración del colágeno facial. Algunos de los más efectivos son los extraídos de la granada, el kiwi, el lichi o el abedul.
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FUENTE: Nueva Estética
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