Una de las mejores decisiones que se puede tomar es sin duda dejar de fumar. Cambiar este hábito requiere prepararse de forma física y también emocional. Aunque el dejar de fumar tiene muchos beneficios, muchas personas no dejan de fumar por miedo a ganar peso. Aunque sí es cierto que en los primeros tres meses se puede sufrir un ligero aumento de peso (entre 2 y 4 kilos), estos pueden perderse con facilidad si se sigue un tratamiento médico adecuado.
Hay algunas razones por las que la gente sube de peso cuando deja de fumar. Algunas tienen que ver con la manera en la que la nicotina afecta a nuestro cuerpo:
- La nicotina presente en los cigarrillos acelera el metabolismo. La nicotina aumenta discretamente la cantidad de calorías que el cuerpo usa cuando está en reposo.
- El tabaco reduce el apetito. Cuando se deja de fumar, se suele tener más hambre. Fumar deteriora sentidos como el olfato y el gusto los cuales mejoran al dejar de fumar. Al agudizar estos sentidos se perciben mejor los sabores y por tanto las ganas de comer pueden aumentar.
- Fumar es un hábito. Al dejarlo, podemos sentirnos ansiosos por comer alimentos altos en calorías para reemplazar el hábito de fumar.
- El gesto de llevarnos el cigarro a la boca lo sustituimos por el picoteo.
Aún así, podemos mantener el aumento de peso bajo control,
- Realizar algún tipo de actividad física, además de quemar calorías, ayuda a sentirse sano y distraerse al aire libre ayuda evitar alimentos poco saludables y no acordarse del tabaco.
- Hacer la compra con una lista con alimentos saludables como frutas, crudités de verduras, pepinillos… para disfrutar de picar algo sin consumir demasiadas calorías y mantener las manos ocupadas.
- Evitar tener hambre, realizando pequeños “refrigerios” reducirá las ganas de fumar y de comer alimentos dulces o muy calóricos.
- Beber agua, té, infusiones ayudarán a mantenerse hidratado. Evitar el alcohol y las bebidas azucaradas porque pueden llevar a un aumento de peso.
- Centrarse en todo lo que se está ganando al dejar de fumar.
Si aun con todo esto dejas de fumar y aumentas algo de peso, no pasa nada: felicítate porque has conseguido eliminar de tu vida la primera causa de muerte evitable en el mundo.
Llevar una dieta equilibrada y seguir unos hábitos saludables, además de incluir la actividad física, ayudará a controlar el aumento de peso. Además ponerse en manos de un especialista ayudará a seguir unas pautas y a llevar un seguimiento de los progresos, lo que te hará sentirte más comprometido y cumplir los objetivos.
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