JULIO BASULTO / EROSKI CONSUMER
Cada vez más empresas pretenden hacernos creer que cierta combinación de frutas y hortalizas (cuanto más exóticas mejor) nos «desintoxicará», compensará nuestros malos hábitos o curará una larga lista de trastornos. ¿De verdad los batidos «detox» depuran el organismo o más bien es una «superstición a la carta»? ¿Son acaso los batidos verdes un sustituto de un buen estilo de vida o son un engaño con argumentos similares a los de los cuentos de hadas? En este artículo se profundiza sobre estas cuestiones.
Las frutas y las verduras son alimentos saludables. El problema es cuando confiamos la salud a un batido de colores que promete desintoxicarnos en lugar de revisar la dieta, tomar consciencia de lo que comemos y plantearnos de qué manera podríamos mejorar. El riesgo está en buscar soluciones puntuales o mágicas a problemas globales, como no llevar un estilo de vida saludable, y querer compensarlo con un producto -en este caso, batido- que nos haga «sentir mejor» sin renunciar a hábitos insanos.
Así, una serie de productos basados en batidos vegetales está haciendo su agosto gracias a impecables campañas publicitarias, que combinan una amalgama de argumentos médicos y nutricionales con propuestas alternativas. Su hilo conductor parte de la premisa de que si eliminamos ciertas «toxinas», conseguiremos la «depuración» de nuestro cuerpo. Un ejemplo de ello son los productos llamados Drink6, que aseguran que «limpian» el organismo «en 1, 3 ó 5 días».
Batidos detox: promesas infundadas e ilegales
Drink6 -para seguir con el ejemplo- ofrece seis productos «para purificarte» a partir de ingredientes «100% naturales». En primer lugar, tal y como se explica en el artículo ‘Complementos dietéticos: cuidado con lo «natural»‘, la legislación prohíbe vincular palabra «natural» a «pretendidos efectos preventivos o terapéuticos«. De hecho, este tipo de propuestas siempre incumple uno o varios apartados del Real Decreto 1907/1996 sobre publicidad y promoción comercial de productos, actividades o servicios con pretendida finalidad sanitaria.
En segundo lugar, toda declaración de salud debe estar aprobada, hoy por hoy, por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Esto en absoluto ocurre en el caso de esta empresa y muchas otras que, además, presumen de que sus programas están «avalados por nutricionistas», cuando no siempre es así, algo que vulnera la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias. En todo caso, aunque fuera cierto que hubiesen nutricionistas (que no serían otra cosa que falsos gurús), en realidad este tipo de compañías no aportan pruebas que sustenten la hipótesis de que consumir sus productos ejercerá beneficios constatables en la salud.
Desintoxicar, depurar… ¿Qué significa?
La palabra «desintoxicar» tiene una connotación médica: es un proceso que permite eliminar sustancias nocivas del organismo, como narcóticos. Sin embargo, cuando anuncian sus productos, los responsables de la lucrativa «industria del detox» no hacen referencia a sustancias tóxicas, sino a entelequias incomprensibles y sin base científica.
Sobre esto se amplía en el artículo ‘Dietas depurativas: superstición a la carta’. Para el doctor Abel Mariné, reputado catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Barcelona, el concepto de depurarse «no se sostiene científicamente». Opina de forma similar el profesor Edzard Ernst, según justificó en una investigación publicada en 2012 en British Medical Bulletin.
Más reciente es el trabajo ‘Las dietas detox para eliminar toxinas y controlar el peso: una revisión crítica de la evidencia científica’, publicado el 18 de diciembre de 2014 en la revista Journal of Human Nutrition and Dietetics. En él se constata que las palabras desintoxicación o depuración, siempre presentes en estas propuestas, no son más que «afirmaciones sin fundamento». Como bien apunta el astrofísico, escritor y divulgador científico Neil deGrasse Tyson, «las posibilidades de que una persona use la palabra ‘toxina’ se correlacionan fuertemente con cuánta química ‘no’ conoce esa persona».
Los principales riesgos de los batidos detox
Cuando faltan pruebas científicas que respalden los beneficios de una propuesta sanitaria, es momento de mirar de cerca los posibles riesgos. Son los siguientes:
- Pueden usarse en sustitución de terapias eficaces. Según detalló el doctor Syed Amin Tabish en enero de 2008 en la revista International Journal of Health Sciences, las personas que creen haber tenido éxito con una terapia alternativa para una dolencia menor pueden extrapolar ese supuesto éxito a otras terapias alternativas y utilizarlas en enfermedades graves, algo que, en sus palabras, resulta «potencialmente mortal». Es decir, si quien consume estos productos lo hace para tratar un problema serio de salud, tardará en usar métodos con aval científico y sanitario. Esto puede tener graves consecuencias.
- Pueden generar efectos adversos. Fomentar la ingesta de estos productos puede generar fatiga, así como deficiencias de vitaminas y minerales, según señaló en marzo de 2015 la Clínica Mayo en un artículo titulado ‘¿Ofrecen algún beneficio para la salud las dietas «detox»?’.
- Pueden alejarnos de un patrón de alimentación saludable. Hacer creer que un solo alimento es capaz de mejorar la salud se traduce en una desorientación de imprevisibles consecuencias. Así no se aprende a comer de manera saludable, sino que se perpetúan los actuales patrones de alimentación, en los que, en vez de restar alimentos insanos de la dieta, se tiende a sumar otros que, en teoría, «compensan» nuestros malos hábitos (a los que nos resistimos a renunciar).
- Pueden hacernos perder dinero. Ni los batidos vegetales ni los complementos alimenticios que venden estas empresas son en absoluto baratos. Eso por no hablar del montante que suelen cobrar en sus consultas los charlatanes que promocionan esta clase de quimeras.
- Pueden promover el aumento de peso. Existen indicios para pensar que el consumo habitual de zumos no solo no actuará como «depurativo» o «quemagrasas», sino que además podría predisponer a un incremento del peso corporal a largo plazo.
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