Centrándonos en la implicación de la alimentación y el cáncer, debemos destacar que en general influyen en dos vertientes, considerando la dieta como factor precursor (que ya hemos mencionado en la publicación anterior), y por otro lado el papel de la dieta en la prevención.
Hoy hablaremos desde la prevención. Y cómo veremos a continuación no es más que llevar una dieta sana y equilibrada.
Recomendaciones dietéticas generales para una alimentación sana:
1. Tenemos una alimentación muy completa y sana en la «Dieta Mediterránea», rica en variedad de verduras, frutas legumbres y ácidos grasos Omega 3 (frutos secos, pescado y por supuesto aceite de oliva). ¡Aprovechémosla!
2. Mantener un peso corporal razonable a través de hábitos alimentarios saludables y ejercicio.
3. Comer diariamente al menos 5 raciones de verduras y frutas variadas, durante todo el año.
4. Comer diariamente más o menos 7 raciones de cereales (granos integrales), legumbres, raíces y tubérculos.
5. Un lema que personalmente nos encanta: “más mercado, menos supermercado” eligiendo siempre alimentos lo menos procesados posibles de nuestro comercio de proximidad.
6. Limitar el consumo de azúcar refinado.
7. Limitar las bebidas alcohólicas, ya que nos aportan calorías denominadas “vacías” que no contienen nutrientes pero si un aporte calórico alto.
8. Consumir carnes rojas preferentemente frescas, para evitar los conservantes artificiales.
9. Limitar el consumo de alimentos grasos, especialmente aquellos de origen animal, que contienen grasas saturadas que se relacionan con diferentes tipos de cáncer.
10. Evitar los alimentos ahumados, utilizando técnicas que respeten más lo sabores y los nutrientes de los alimentos (cocido, plancha, horno…)
11. La actividad física es esencial para el mantenimiento y mejora de la salud y la prevención de las enfermedades, para todas las personas y a cualquier edad. La actividad física contribuye a la prolongación de la vida y a mejorar su calidad.
Al menos un tercio de los cánceres pueden prevenirse. La prevención es la estrategia más eficaz para el control del cáncer.