Con el fin de ampliar información sobre este tratamiento reductor de grasa localizada, os trasladamos una entrevista publicada en La Vanguardia al Dr. Hernán Pinto.
La reducción de volumen y remodelación de la figura sin pasar por quirófano es una opción cada vez más demandada. En ese marco, laboratorios y especialistas en Medicina Estética ponen al alcance del paciente tratamientos cada vez más avanzados, que permiten conseguir resultados más satisfactorios en este sentido.
Es el caso de Aqualyx, una solución inyectable que permite reducir y eliminar la grasa localizada a través de la técnica de intralipoterapia.
La acumulación de grasa localizada es un inestetismo sobre el que cada vez más personas de ambos sexos se rebelan ¿Es posible plantarle cara a esa grasa sin pasar por el quirófano?
Sí, aunque dependerá, claro está, del volumen de grasa. Los tratamientos de remodelación corporal sin cirugía no están pensados para pacientes que sufren obesidad, sino para personas con sobrepeso leve e incluso para personas que tienen buena figura pero necesitan eliminar esos ‘michelines’ resistentes a las dietas y al ejercicio físico. Es importante que existan opciones que permitan tratar la grasa localizada, la flaccidez y la celulitis sin entrar en quirófano, porque a nadie le gusta verse mal y, sin embargo, no todo el mundo está dispuesto a someterse a una cirugía para perder la grasa localizada que le sobra. Hay casos en los que la solución pasa únicamente por la cirugía, pero en los que no corresponde indicar esa cirugía o simplemente cuando el paciente no quiere someterse a ella, la medicina estética abre un interesante abanico de opciones, entre las que se encuentra el tratamiento con Aqualyx, con el que se evitan los riesgos asociados a una intervención quirúrgica y los inconvenientes de un postoperatorio.
¿Qué es Aqualyx y cómo actúa?
El Aqualyx podría definirse como un ‘detergente’ biológico, en el sentido que se trata de una solución con ciertas propiedades químicas que le permiten disolver la grasa.
El Aqualyx rompe la membrana del adipocito al entrar en contacto ella, de manera que causa un ‘daño’ controlado en la grasa a nivel local y eso hace que el organismo se ponga en marcha para combatirlo. Para ello, el cuerpo trata lo que queda tras la actuación del Aqualyx como un detrito, esto es, como un residuo que hay que eliminar. Los macrófagos se comen entonces esos restos celulares, excepto una pequeña parte que pasa a la sangre y después se elimina por la orina. Así consigue el Aqualyx eliminar la grasa localizada.
¿Es diferente de la mesoterapia convencional?
En efecto, es distinto. Mientras que en mesoterapia el producto se infiltra en la dermis, Aqualyx se inyecta directamente en la grasa. Para ello, pinchamos a una profundidad mayor, generalmente a un centímetro o centímetro y medio, a través de una técnica conocida como intralipoterapia (técnica en abanico para cubrir la zona a tratar y retrógrada, liberando el producto mientras se retira la aguja).
