Estudios recientes evidencian la relación entre la mala calidad y cantidad de sueño y la propensión al sobrepeso y obesidad. El sueño, tanto en cantidad como en calidad deficientes, puede ocasionar a corto plazo alteraciones de tipo metabólico y conductual que pueden llevar a su vez a la sobreingestión de alimentos y al sobrepeso.
Estos estudios, en los que se manipuló el número de horas de sueño, mostraron resultados significativos. Después de una noche de privación total de sueño se reportaron sensaciones de hambre intensa, deseo aumentado por ingerir alimentos ricos en carbohidratos, entre ellos, pasteles, pan y dulces. Normalmente la cantidad de alimentos que se ingieren al día siguiente del desvelo es mayor del gasto de energía causado por el cansancio de la noche anterior. Este efecto podemos observarlo en personas con hábitos de actividad nocturna, particularmente en trabajadores nocturnos.
El comer de noche lleva a problemas digestivos y a un aprovechamiento alterado de los nutrientes debido a que en la noche los procesos hormonales y metabólicos están ajustados para el ahorro y acumulación de energía.
Este aumento de peso se puede explicar por medio de las alteraciones en las hormonas reguladoras del apetito:
1. LEPTINA: la leptina es una hormona reguladora del apetito cuya función principal es la de inhibir la ingesta de alimentos y aumentar el gasto energético para mantener constante el peso corporal.
La leptina es la responsable de generar la señal de saciedad en el cerebro. En procesos de falta de sueño, esta hormona disminuye.
2. GRELINA: es la hormona reguladora de la ingesta. Es conocida como la hormona del hambre. Indica a nuestro cerebro que hemos comido suficiente y que ya no es necesario continuar.
En procesos de falta de sueño la grelina aumenta y por tanto tenemos una sensación mayor de hambre.
Los cambios en estas dos hormonas podrían ser los factores inductores de la sobreingestión de alimentos que, a largo plazo y ante desvelos constantes, llevarían a una pérdida del control del apetito, al sobrepeso y obesidad.
Actualmente, en los países industrializados han disminuido el número de horas de sueño nocturno, lo que es preocupante no solo en adultos sino sobre todo en jóvenes y niños. La disponibilidad de aparatos tecnológicos, la mayor demanda laboral, los turnos laborales, la utilización de la televisión y ordenador diariamente y por períodos prolongados producen un retraso en el inicio del período de sueño y una reducción del mismo.
Por todo ello queremos resaltar las siguientes medidas de higiene del sueño
– Mantener un horario regular.
– Obtener una cantidad óptima de sueño.
– Cuidar el ambiente en que se duerme.
– Hacer ejercicio físico de manera regular.
– Evitar comidas copiosas antes de dormir.
– Evitar exceso de líquidos por la noche.
– Evitar sustancias estimulantes por la tarde/noche.
– Evitar el uso de alcohol de noche.
– Evitar la nicotina.
– Evitar fuentes de luz (pantallas de móvil, tablet…) justo antes de dormir y durante la noche.
Si aún siguiendo todos estos consejos, notas que la calidad y la cantidad de horas de sueño no son suficientes, en Clínica Nutriestetica podemos ayudarte en la regulación del sueño a través del equipo NEAS X-Signal, el cual tiene la capacidad de generar ritmos cerebrales similares al sueño de ondas lentas. Acércate e infórmate.
Recuerda: un sueño reparador es importante para el buen rendimiento, la estabilidad emocional y el estado general de salud, así como la cantidad y calidad del sueño nocturno son relevantes en la prevención de la obesidad.
Tatiana Mendizábal
Nutricionista
Clínica Nutriestética