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marzo 12, 2015

Hábitos saludables para prevenir la anorexia y otros trastornos de la alimentación

Todos oímos hablar de la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón e incluso conocemos algún caso a nuestro alrededor. Son tres de los trastornos de la conducta alimentaria más conocidos. Su origen se explica a partir de una alteración mental cuya expresión psicológica es un elevado nivel de insatisfacción personal, miedo a madurar, elevados índices de autoexigencia o ideas distorsionadas sobre el peso o la comida.

Estas patologías son cada vez más frecuentes, especialmente entre los 12 y los 24 años. El Estudio Trastornos de la conducta alimentaria en España: Revisión de estudios epidemiológicos, realizado en 2010, indica que entre el 1% y el 3% de la población adolescente y joven de ambos sexos sufre un trastorno de este tipo.

Como explica Eroski Consumer, se trata de trastornos mentales que se caracterizan por una conducta alterada tanto en la ingesta de alimentos como en el desarrollo de comportamientos que persiguen disminuir de peso y tienen repercusiones físicas y sociales. Es en las etapas iniciales de la adolescencia cuando se es más vulnerable. El papel del entorno familiar, escolar y social es entonces determinante para el desarrollo de los adolescentes y para la detección precoz de estos trastornos.

Por este motivo, según la Asociación Española de Pediatría, los centros escolares pueden ser un recurso de valor que tener en cuenta, para alumnos y padres, relacionado con la divulgación de información sobre los trastornos de conducta alimentaria y también con la actitud del profesorado y compañeros ante la sospecha de un caso, que puede ser determinante en la detección de la enfermedad. La prevención en casa se basa, sobre todo, en una adecuada relación familiar y la promoción de un ambiente que favorezca el diálogo.

Los especialistas del Hospital materno infantil Sant Joan de Déu, de Barcelona, mediante la plataforma digital FAROS, aconsejan una serie de medidas para prevenir los trastornos alimentarios en los hijos ya desde la infancia:

· Enseñar desde pequeños la importancia de seguir unos hábitos saludables: establecer horarios de comida regulares, repartir la comida en cuatro o cinco tomas al día, evitar saltarse las comidas y no picotear entre horas.
· Comer en familia siempre que sea posible, en un entorno apacible que facilite la conversación.
· La dieta debe ser sana, equilibrada y variada que incluya todos los alimentos necesarios, con limitación de dulces y postres industriales y comida rápida.
· Ofrecer verduras y frutas de forma variada.
· Fomentar la autoestima del hijo para que descubra sus capacidades y sus limitaciones, las acepte y aprenda a sentirse bien consigo mismo.
· Reforzar su autoestima y animarlo a que tenga sus propias opiniones. Esto lo reforzará frente a los mensajes sobre estética, cánones de belleza y alimentación (como dietas milagrosas y productos dietéticos) que lanzan algunos medios de comunicación y la publicidad.
· Conversar sobre estos mensajes, razonar las verdades y los mitos y enseñarle a valorar la salud por encima de todo.
· Animar a practicar ejercicio físico con regularidad porque, además de ser beneficioso para su salud, ayuda a mantenerse en forma.
· Facilitar sus relaciones sociales y su participación en actividades extraescolares.
· Establecer una buena comunicación dentro del entorno familiar ayuda a que los hijos se sientan seguros.

Además, es importante adoptar y mantener unos hábitos saludables, no sólo con lo relativo a la alimentación, sino también a otros aspectos como la constancia en la práctica de actividad física y en el número de horas de sueño. Todo ello ayuda a llevar una vida saludable.

Fuente: EROSKI CONSUMER

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