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agosto 19, 2015

Cremas anticelulíticas: ¿merece la pena comprarlas?

Todos los días los medios de comunicación nos bombardean con anuncios de cremas anticelulíticas que prometen eliminar la celulitis mientras duermes o en unas pocas semanas. Pero ¿qué tiene esto de cierto?

La piel, esa barrera protectora
La piel es el órgano más grande del cuerpo, con una superficie de unos dos metros cuadrados y un peso de unos cinco kilos en un adulto de complexión media. Además de su importante función social, estética e incluso sexual (la imagen que proyecta es de gran importancia), la piel es un órgano vivo que respira y es capaz de regenerarse, flexible, resistente, que regula el metabolismo y la temperatura corporal, alberga el sentido del tacto y sintetiza vitamina D, entre otras cosas. Pero sobre todo, la piel es impermeable y actúa como una verdadera barrera protectora (física, bioquímica e inmunológica) frente a las agresiones del exterior. Actúa tanto como barrera de permeabilidad evitando la pérdida de agua hacia el exterior como de barrera contra la penetración de sustancias, incluida el agua, desde el exterior.

Las cremas anticelulíticas
Existen en el mercado multitud de cremas anticelulíticas, con diversidad de productos activos, pero teniendo en cuenta lo que acabamos de explicar sobre la cualidad protectora de la piel y que las cremas anticelulíticas no dejan de ser productos cosméticos, podemos adivinar que hasta la mejor crema tendrá muchísima dificultad para penetrar hasta el adipocito, ya que la mayoría de ellas actúan exclusivamente a nivel de la capa más superficial de la piel, la epidermis.

Pero ¿funcionan?
La legislación vigente marca que los productos cosméticos son sustancias destinadas a ponerse en contacto con la superficie del cuerpo con la finalidad de mantenerla protegida y en buen estado (limpieza, perfume, aspecto…) y por tanto no deben penetrar más allá de las capas superficiales de la piel. En consecuencia, estos productos no tienen la capacidad de llegar a las capas en las que se desarrolla la celulitis.

La mayoría de cremas anticelulíticas tienen componentes (cafeína, L-carnitina, centella asiática, vitamina E…) que benefician a la piel y la ayudan a mejorar su aspecto, consiguiendo un efecto temporal y la apariencia de mejoría de la celulitis (mejor textura de la piel y disminución del aspecto de “piel de naranja”).

Además, el masaje que hay que dar para conseguir la absorción de la crema, también ayuda a conseguir esa mejora del aspecto de la piel.

Entonces ¿merecen la pena?
Teniendo en cuenta que solo son una parte del tratamiento y que solo actúan en la parte más superficial de la piel, podemos concluir que si pretendemos eliminar o reducir la celulitis solo a base de cremas anticelulíticas, la respuesta es un no rotundo.

Pero si las usamos, con constancia, como complemento de tratamientos médico-estéticos o estéticos profesionales y sobre todo de un estilo de vida y una alimentación saludables, la respuesta es ¡por supuesto! ya que las cremas van a ayudar a mejorar la calidad, la hidratación, la textura y el aspecto de la piel y al final, no nos quepa duda, todo suma.

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