A medida que pasan los años, el colágeno y la elastina (las fibras que mantienen firme a la piel) se debilitan. Cuánto se arruga la piel con los años dependerá también de la cantidad de exposición solar que se haya tenido. El tabaco y la herencia familiar también son factores que determinan la cantidad de arrugas en el rostro. Las líneas de expresión, por su parte, son el resultado inevitable de acciones repetitivas frente a la reacción a distintas emociones (sonrisas, risa, llanto, etc.). Son más notorias alrededor de los ojos y de la boca.
· Textura de la piel no uniforme: con el simple paso del tiempo la piel se afina y se vuelve más frágil, perdiendo gradualmente su elasticidad y su aspecto uniforme.
· Pigmentación desigual: con los años disminuye la producción del pigmento natural de la piel llamado «melanina». Es por esta razón que la pigmentación de la piel suele volverse desigual.
· Falta de luminosidad: la pérdida de la luminosidad significativa en la piel del rostro se debe, fundamentalmente, a la disminución de la actividad hormonal en las mujeres a partir de los 40 años.
· Poros visibles: el poro es la apertura por donde sale el pelo que crece desde su papila en las capas inferiores de la piel. Cada pelo tiene una glándula sebácea que produce el sebo que necesita la piel para estar lubricada. Después de los 40 años, los poros se hacen más visibles sobre el rostro, lo que tiene un impacto estético negativo.
· Manchas de la edad: aparecen manchas oscuras sobre la piel como consecuencia de la exposición solar acumulada durante toda la vida. En general, estas manchas son inofensivas e indoloras, pero pueden afectar la apariencia estética.
· Sequedad y tirantez de la piel: la piel se deshidrata y se torna seca y rugosa. La suavidad de la piel está directamente relacionada con la presencia de agua. Para proteger a la piel de la pérdida de agua, las glándulas sebáceas producen una sustancia aceitosa llamada sebo. El sebo es una mezcla compleja de ácidos grasos, ceras y distintos químicos que forman una barrera que protege a la piel de la evaporación del agua. Con los años, decrece la producción de sebo lo que sumado a distintas condiciones ambientales, hace que la piel pierda agua y se torne más seca y tirante.
PRINCIPALES VITAMINAS PARA COMBATIR EL ENVEJECIMIENTO
La vitamina E: Retrasa el envejecimiento celular ocasionado por la oxidación, es decir que defiende a las células de la acción de los radicales libres oxidantes y previene enfermedades crónicas.
La vitamina C: retrasa trastornos del envejecimiento y actúa sobre el sistema inmunitario.
Betacarotenos: Actúa combinado con las vitaminas C y E para mantener el nivel de actividad de las células y cumple una función depurativa de los oxidantes en las células.
Selenio: Tiene efectos anticancerígenos, protege el corazón y elimina algunos tipos de virus.
Zinc: Refuerza el sistema inmunitario y lucha contra el envejecimiento en todas sus formas.
Magnesio: Ayuda a prevenir los trastornos cardíacos.
Coenzima Q-10: Mantiene la elasticidad de la piel y estimula las células del corazón.
Por todo lo dicho anteriormente se deberían incluir diariamente todas estas vitaminas para que los llamados radicales libres se mantengan controlados en el organismo y no produzcan envejecimiento prematuro, alteraciones celulares (cáncer), problemas cardiovasculares, neurológicos u oculares.
Muchos de estos productos suplementarios, bajo la apropiada prescripción y supervisión médica, pueden ingerirse en forma de cápsulas o tabletas.
VICIOS QUE ENVEJECEN LA PIEL
Arrugas prematuras por el consumo de tabaco, manchas cutáneas por el efecto del sol, celulitis por las drogas… Vicios como estos, junto con el estrés, el alcohol y la comida basura dibujan un rostro al menos cinco años más envejecido en hombres y en mujeres. Así es como lo han explicado expertos en el 37 Congreso Nacional de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
Al contrario de lo que se piensa, la genética no es la única ni la mayor responsable de los signos de envejecimiento reflejados en la piel. Su contribución es de un 25%, mientras que otros factores externos, que de alguna manera se pueden controlar, influyen en el 75% restante.
El tabaco, por ejemplo, «es el vicio que mas perjudica la piel la piel», sentencia Julián Conejo-Mir, presidente de la AEDV y jefe de servicio de Dermatología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Según los estudios realizados hasta el momento, las mujeres fumadoras tienen un riesgo casi tres veces mayor de presentar arrugas que aquellas que no fuman.
Arrugas prematuras en toda la cara, cabello reseco y quebradizo, piel poco hidratada o dificultad de cicatrización son algunas de las consecuencias de este hábito. «Se liberan gases de combustión y, por lo tanto, aumentan los radicales libres, elementos químicos que dañan las membranas de las células, provocando el envejecimiento prematuro de la piel y la destrucción de los tejidos cutáneos del rostro», señala el doctor Conejo-Mir, quien, además, explica que las arrugas de los fumadores son diferentes. «Son más estrechas y profundas, con contornos bien marcados. El color de la piel no presenta el color rosado característico de un cutis sano. Ofrece una palidez cercana al amarillo».
Alcohol, drogas y comida basura
Dicen los especialistas que el consumo alto de alcohol envejece la piel más rápidamente, especialmente el destilado. «Afecta a las fibras de colágeno igual que el tabaco y las consecuencias son claras: cara contraída, demacrada y arrugada. La persona presenta mucho acné y al desarrollar un daño hepático, la piel se hace opaca y de un color pálido y amarillento«.
Las drogas también tienen efectos sobre la piel, especialmente la cocaína. «Todos los estimulantes provocan dermatitis seborreica, hiperqueratosis (las manos se vuelven rugosas, secas y ásperas) y cambia la morfología de la cara, la nariz se hunde hacia abajo y aparecen venitas alrededor», indica Conejo-Mir. Además, tanto los abscesos como la celulitis aparecen entre un 22% y un 65% de los adictos que optan por vía parenteral (inyectada).
Otro de los vicios adquiridos en la sociedad actual que, sorprendentemente, influye en el aspecto de la piel es la llamada comida basura. Según explica el dermatólogo del Hospital Virgen del Rocío, «la dieta rica en grasas saturadas e hipercalóricas afecta a la grasa de la piel, empeorando sobre todo el acné, la dermatitis seborreica y, por mecanismos inflamatorios, la psoriasis«. Por ejemplo, sólo una hamburguesa contiene un mínimo de 600 calorías y las patatas más de 200. Al día, una mujer debería ingerir entre 1.600 y 2.000 calorías diarias y un hombre entre 2.000 y 2.500.
Según los expertos, la piel y el sistema nervioso guardan una conexión por la que la piel pierde lozanía, aparecen las ojeras, contribuye a que salgan manchas cutáneas y acné, causa arrugas y también puede influir en la caída del cabello y la aparición temprana de canas.
ExpoBeauty / Laura Tardón
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