Entendemos por una alimentación saludable aquella que contiene en cantidades óptimas alimentos variados, dando mayor importancia a la fruta y la verdura, los cereales integrales, las legumbres, los frutos secos, los lácteos, la carne, el pescado y los huevos, etc. Cuando hablamos de una buena alimentación pensamos en los alimentos que comemos, pero no acostumbramos a pensar en la importancia de cómo los comemos. La manera y los hábitos que tenemos a la hora de comerlos también es determinante para seguir una alimentación saludable.
Diferentes estudios demuestran también que las comidas en familia, como mínimo tres veces a la semana, mejoran los hábitos de alimentación saludable en la edad adulta. Y es que el hecho de comer con los hijos, ayuda a que ellos adopten buenos hábitos alimenticios desde pequeños. Para los pequeños de casa, los padres son un ejemplo a seguir, así que conviene que vean como los mayores comen fruta y verdura, legumbres, pescado… porque ellos tengan ganas de hacerlo. Se deben aprovechar estos espacios de comidas en familia para que durante los primeros años de vida, los niños son como esponjas a la hora de absorber nuevos conocimientos.
Por otra parte, las comidas compartidas también ayudan a mejorar la comunicación entre la familia. La cena, por ejemplo, es un buen momento para hablar de cómo ha ido el día de cada miembro de la familia, y explicar las experiencias vividas. Cuando se come delante de la tele, aunque estemos todos mirándola, se pierde toda esta comunicación y la atención está canalizada en el programa o la película que se emite. Además, con los hijos adolescentes, es un buen momento para detectar si existen problemas relacionados con la alimentación, ya que si comen solos no sabemos cuáles son sus conductas alimentarias.
Comer mientras se mira la tele supone una gran distracción, de tal manera que dejas de fijarte en lo que estás comiendo. En estudios científicos también se ha visto que este tipo de hábitos durante las comidas hacen que comas más cantidad de alimentos y, por tanto, favorecen la aparición del sobrepeso y la obesidad. Teniendo en cuenta que, según datos del 2013 del estudio ALADINO, en España un 26,2% de los niños tiene sobrepeso y 18,3% padece obesidad, se debe vigilar la conducta alimentaria de nuestros hijos para intentar que no crezca más este problema mundial.
Otras prácticas recomendadas para mejorar los hábitos saludables en niños son implicarlos en la compra diaria o semanal de casa. Ir a hacer la compra les ayuda a conocer desde pequeños los alimentos básicos como la fruta, la verdura, las legumbres… en su estado natural. Además, aprenden a reconocer la temporalidad de la fruta y la verdura, y la importancia de consumir productos de proximidad. De este modo adoptan unos buenos hábitos de alimentación y un estilo de vida más activo.
Recuerda, tan importante es lo que comes como el cómo lo comes. Ayuda a que los pequeños de casa adopten unos buenos hábitos alimentarios, y no dejes que coman solos, mirando la tele, con prisa … ¡Come en lugares tranquilos y en familia!
FAROS / Fundación Alicia
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