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julio 15, 2014

Verano, piscinas e infecciones en los pies

 
Los agradables baños de verano en las piscinas pueden tener una contrapartida debido a la posibilidad de contraer una infección en los pies, problema que aumenta durante la época estival a causa, principalmente, de la visita a estas instalaciones acuáticas.
 
De esta forma lo señalan los especialistas de la Asociación Europea de Podología Integrativa (AEPI), los cuales informan de que el riesgo de contagio es mayor en esta estación del año. Entre las posibles infecciones, por su parte, destacan al papiloma plantar.
 
A juicio del presidente de AEPI, Fernando Ares, y al tiempo que sostiene que éstas son especialmente comunes en la población infantil, «sobre todo a partir de los 5 años», esta infección en concreto está causada «por un tipo de virus del papiloma humano».
 
Ante ella, su tratamiento habitual «es muy agresivo pues conlleva quemarlo o extirparlo», declara. Por ello, manifiesta que se están usando otras opciones como la medicina biorreguladora, «que ayuda a activar el sistema inmunológico de forma natural frente a estas infecciones».
 
EL PERIODO DE INCUBACIÓN DEL PAPILOMA PLANTAR ES DE 6 A 18 MESES

En cuanto a la manifestación clínica del papiloma plantar, Ares declara que ésta es «de tipo tumoral benigno». «Hay que tener en cuenta que tiene un período de incubación y que en el pie suele aparecer entre los 6 y 18 meses posteriores a la infección», continúa.
 
Además, el experto expone que afecta, sobre todo, «a personas con un bajo sistema inmunológico y con capas más finas de la piel». Por su parte, la principal vía de contagio «es el contacto directo», indica mientras subraya la importancia de no andar descalzos.
 
En este sentido, señala que otros factores de riesgo que pueden favorecer la aparición de un papiloma plantar son «las heridas, las situaciones de estrés, la falta de higiene o el calor y la humedad». No obstante, el papiloma plantar no es único problema propio del verano en los pies.
 
Así, Ares concluye afirmando que un calzado mal adecuado, y la falta de hidratación o de higiene pueden provocar la aparición de «ampollas, durezas, callosidades o heridas que impiden caminar de manera adecuada».
 

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